Para los recuerdos imborrables, los amantes de la alta montaña apreciarán La Vallée Blanche, con un descenso excepcional de 20 km sobre glaciares, rodeado de granito y de míticas agujas. Sin señalizar y sin vigilancia, este itinerario incluye todos los peligros de la alta montaña (grietas, desprendimiento de seracs…), por lo que se recomienda ir con un guía.
Para los que prefieren caminar, hay 17 km de senderos. Tres circuitos completos ofrecen a los senderistas una buena postal de la naturaleza invernal en toda su diversidad. Además de ello, Chamonix propone otras numerosas actividades como el parapente, la famosa cascada de hielo, el esquí de fondo o las caminatas en raquetas de nieve.